Siendo sinceros, el único membranófono soplado que conocemos es el
mirlitón; aunque para subsanar la mala imagen que puede dar esta falta
de conocimientos quizá valga decir que lo que sí sabemos es un montón de
nombres que se pueden dar a este instrumento o a sus múltiples
variantes: kazoo, turuta, yenca, carambitano... El mecanismo productor
de sonido se basa en que el aire producido por una emisión de voz
realizada cerca de una membrana, hace vibrar a ésta distorsionando el
sonido de la voz. Tarareemos una canción con los labios pegados a un
peine y poniendo un papel de fumar al otro lado para entenderlo. Si
somos algo más sofisticados podemos tomar un tubo de plástico hecho a
partir de un rotulador permanente, de los gruesos, y practicarle justo
en medio un agujero de un diámetro sensiblemente inferior al del propio
tubo. En uno de los extremos colocaremos la membrana (papel de fumar, un
recorte de bolsa de supermecado...) y la sujetaremos con un hilo o con
una goma, procurando que quede tensa. Si emitimos un sonido por el
agujero del centro obtendremos sorprendentes resultados.
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