Una emisión de aire produce la vibración de una o dos lengüetas. Muchos
hemos hecho vibrar una hierba o un trocito de papel de celofán
sujetándolo entre las manos y soplando fuertemente, o hemos conseguido
que un globo sonase al soltar el aire tensando su embocadura. Estos son
dos ejemplos de mecanismos de lengüeta. En la construcción de estos
instrumentos se aplican los mismos principios relativos a los agujeros
que explicamos en el punto dedicado a los aerófonos de bisel . Una
consideración que hemos de tener en cuenta es que es recomendable,
especialmente en los aerófonos de doble lengüeta, utilizar tubos de
sección pequeña o bien que se vayan ensanchando paulatinamente a medida
que se alejan de la boquilla. Podemos servirnos de la parte de arriba de
botellas de plástico para construir pabellones amplificadores que
situaremos al final del tubo. Aunque, como veremos más adelante, hay
excepciones, en la mayoría de estos instrumentos la lengüeta es un
dispositivo ajeno al cuerpo del instrumento. Como curiosidades cabe
señalar que hay instrumentos, como la mayoría de las gaitas, que
combinan lengüetas simples y dobles. Otros utilizan sistemas de
lengüetas combinados con biseles, como el órgano ¿Instrumentos de
lengueta en los que no haga falta soplar? El acordeón, el armonio, el
órgano o la uilleann pipe (gaita irlandesa) ¿Y un instrumento de viento
sin tubos? El acordeón, el armonio o la armónica.
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