Incluimos aquí a aquellos instrumentos en los que la membrana está
tensada sobre un bastidor abierto por los dos lados. Pueden tener un
solo parche, como el pandero o la darbouka, o dos, uno a cada lado del
bastidor, caso del tambor. Si en una incursión rural podemos conseguir
un viejo cedazo y un buen trozo de piel sobada, nos bastarán unos clavos
de tapicero, o unas chinchetas, para hacernos un hermoso pandero. Si
disponemos de un tubo de PVC de canalón (8-15 cm.) podemos intentar lo
siguiente. Cortamos cuatro finos anillos (0,5-1 cm.)del tubo. Hacemos un
corte longitudinal en el sobrante y otro paralelo a menos de un
centímetro. Si ahora apretamos el tubo conseguiremos un cilindro de
diámetro levemente inferior al original, que debe de ser suficiente para
que entre con una pequeña holgura en cualquiera de los anillos.
Disponemos así de un bastidor y de cuatro aros. Necesitaremos además dos
parches, que pueden ser de plástico, y cuerda. Con estos elementos y
fijándonos en un tambor de tensores de cuerda, podemos intentar algo
¿verdad? Más fácil hubiera sido, desde luego, utilizar como membranas un
par de globos. Bastaría con cortarles la embocadura y tensar los
sobrantes sobre cada una de las aberturas del tubo. Con esto sería
suficiente, pero para asegurarlo podríamos encintar las membranas por
los laterales del bastidor. Otra posibilidad es probar con una sola
membrana.
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