Tomaremos como ejemplos el birimbao y el dúlcimer, aunque sin olvidar
que, como este último puede ser indistintamente percutido o punteado,
hay algunos cordófonos considerados punteados a lo que se aplican
técnicas percusivas. Algunos intérpretes de guitarra y bajo eléctrico
recurren a dos procedimientos denominados tap y slap, basados en el
golpeo de la cuerda para obtener de ella sonoridades diferentes de las
habituales de estos cordófonos. Existe un artilugio denominado slide, o
en castellano dedal, que suele utilizarse, principalmente en géneros
como el blues, para tocar la guitarra. Consiste en un cilindro de metal o
de vidrio, en el que se introduce un dedo, que actúa como falso puente
al apoyarlo sobre las cuerdas, no siendo necesaria apretar éstas contra
el mástil y permitiendo de esta manera la ejecución de alturas
intertonales y de glissandos. Nosotros utilizaremos como dedal un
mechero de plástico, tipo bic, gastado. Para no liarnos mucho
construiremos un instrumento similar al explicado en el apartado de
cordófonos percutidos simples, y utilizando como baqueta, por ejemplo,
un lapicero golpearemos en las cuerdas con una mano, mientras que con
otra deslizaremos el encendedor a lo largo de ellas. De este modo, y sin
ningún esfuerzo, hemos convertido un cordófono simple en uno compuesto.
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