Aerófonos

El sonido de estos instrumentos es debido a la acción del aire sobre un bisel, una lengüeta o sobre los propios labios, como en el caso de los aerófonos de soplo directo. Una vez más hay que reseñar la importancia del tamaño de los objeto sonoros. Así, en líneas generales, un tubo al que se aplica un mecanismo emisor sonará más agudo cuanto más pequeño sea. Este principio se utiliza en la mayoría de los aerófonos para conseguir producir diferentes alturas; bien mediante la utilización de tubos o receptáculos de distintas longitudes o capacidades, como por ejemplo los xicus (flautas de pan) o las flautas de afilador; o bien falseando sus dimensiones, practicando agujeros, caso de los albogues, la dulzaina o la flauta de pico, o mediante sistemas deslizantes, como la flauta de émbolo. Para construir aerófonos el elemento que más utilizaremos serán los tubos. Pueden sernos útiles tubos de diferentes tamaños y materiales (tubos de PVC, metal, madera o plástico, cañas, pajitas de hostelería, tubos de ensayo, manguera de riego, etc.). Otros objetos, como pelotas de ping-pong, botellas, tapones grandes, vasos de plástico... pueden convertirse en receptáculos. Para la elaboración de sistemas de producción de sonido pueden venirnos bien tapones de corcho, palos y trozos de madera, tubos de rotulador, globos, envases de plástico fino, pajitas, antenas de aparatos de radio, cable de antena de TV, etc.
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