Aerófonos de solplo directo

El sonido viene motivado por la vibración de los labios. Trompeta, trombón o tuba son algunos de los instrumentos que utilizan este sistema. En la cultura popular se ha recurrido muchas veces a aerófonos de soplo directo más como instrumentos de comunicación que propiamente musicales. Bígaros y cuernos en los que, tras su vaciado, se practicaba un agujero en la parte más estecha, servían para intercambiar mensajes codificados entre lugares relativamente lejanos. Podemos practicar la técnica de soplo directo con tubos de diferentes materiales o con conos elaborados con cartón o cartulina a los que recortaremos el pico. La sección de las boquillas de estos aerófonos no suele ser cilíndrica, sino que es más ancha por la parte en la que se colocan los labios, para facilitar que éstos se mantengan en tensión. Para simular esto podemos hacer que el trozo de tubo que utilicemos como boquilla sea ligeramente más ancho que el que utilicemos para el resto del instrumento. El didgeridoo es un instrumento de este tipo. Se diferencia de los demás aerófonos de soplo directo en que los labios entran completamente en vibración y no sólo una pequeña parte de ellos como en otros. Construir un didgeridoo es tan fácil como encontrar un tubo adecuado (canutos de rollos de papel continuo, envases de mapas o láminas, etc.).
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